La idea de una Edad de Oro es antigua. Presupone un momento brillante en el que tanto la emoción como el logro inundan una era, con un logro deslumbrante y revelador que inspira a otro. Piense en el jazz en la década de 1950. Ingeniería en la década de 1920. Las edades de oro existen. Hubo tal momento para el vino y, esto es clave, fue mundial. Empezó a mediados de los 70. El Juicio de París de 1976, donde el Chardonnay y el Cabernet de California vencieron al Borgoña blanco de renombre y al Burdeos tinto, es un marcador inaugural tan bueno como cualquier otro.
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