Salón 1995, el eterno segundo | vistazo

En el mundo del deporte individual un atleta puede ganar todo o nada y no por su verdadera habilidad absoluta sino por el período histórico en el que tuvo la suerte (o la mala suerte) de nacer.
Ser el eterno ganador o el eterno segundo es cuestión de milímetros, milésimas, puntos.
¿Piensas, en el deporte, en el clavadista Roberto Cagnotto siempre segundo detrás de ese monstruo Klaus Dibiasi, o queremos hablar de cine? Año 2013: Di Caprio con El lobo de Wall Street tiene el Oscar en la mano pero Matthew McConaughey pierde 30 kg y se lo lleva con ¡Dallas Buyers Club!

Salón de champán 1995por ejemplo: todo el mundo bebe y gasta palabras en el ’96 pero este es un Champagne que encarna la esencia del chardonnay, el territorio de Mesnil y la grandeza de un casa que a él no le importa un carajo el dinero.
Si la ’96 es la añada extrema, la que ha dado hasta ahora vinos ligeramente desequilibrados en acidez con una madurez aún esquiva, la ’90 con una fruta muy rica y 6 años más en la grupa es la que da fluctuantes resultados debidos muchas veces a la conservación, el ’95, por el momento, y sobre todo en lo que se refiere al chardonnay, parece dar los resultados más satisfactorios.

Un ataque leudado y cremoso deja paso a una frescura de piel de cítricos, manzana verde y un sorprendente regreso a pera. Vibrante y tenso, se deja conquistar y se relaja en la copa en la que la mineralidad calcárea y jurásica deja paso a una fruta de pulpa blanca apenas insinuada (en pleno estilo Salon) y a notas largas y profundas de masa fermentada salada.
Un Champagne desafiante sí, pero menos complicado que otras añadas que aún no han encontrado su verdadera identidad.

En definitiva: los 90 tienen otros campeones, pero el 95 en otra década sería el número uno.




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