por que sulfitamos el vino al acabar la fermentacion

La Organización En todo el mundo del Vino (OIV) define el Vino como el producto conseguido de forma exclusiva por fermentación alcohólica, total o parcial, de uva fría, pisada o no, o de mosto de uva. Esta definición supone que en esencia el vino es el resultado de la fermentación de los azúcares, tanto glucosa como fructosa, presentes en el mosto de la uva. La fermentación alcohólica, desde un criterio fácil, es el trámite por el que unas diastasas convierten el azúcar en alcohol, primordialmente etanol, en una proporción aproximada de 1º de alcohol por cada 17 gramos de azúcar metabolizados, y se consiguen además de esto otros modelos secundarios. Este trámite radica en que las diastasas se nutren del azúcar, rompiéndolas con el apoyo de enzimas, generando alcohol y una notable proporción de dióxido de carbono (CO2) y calor (diastasas + azúcares = alcohol + dióxido de carbono + calor ). El vino por consiguiente no se puede ocasionar sin la existencia de la fermentación alcohólica e inclusive los vinos sin alcohol tienen que fermentarse en un inicio para más tarde retirarles el alcohol.

Las diastasas encargadas de la fermentación alcohólica son microorganismos clasificados como hongos, que adjuntado con las bacterias, son causantes de la descomposición de toda la materia orgánica. Existen muchas especies distintas de diastasas, y en todos y cada clase muchas cepas distintas, genéticamente distintas. Entre las diastasas ciertas se piensan considerablemente más correctas que otras para la producción de vino e inclusive ciertas se piensan indeseables en tanto que tienen la posibilidad de dar defectos. La levadura mucho más usada en la elaboración de vino forma parte al género Saccharomyces y en estas la clase más habitual es cerevisiae, que es muy eficaz transformando azúcares en alcohol y además de esto es con la capacidad de tolerar los superiores escenarios de alcohol que se generan como resto del desarrollo. Aparte de Saccharomyces cerevisiae logramos hallar muchas otras diastasas en la elaboración de vinos, como Saccharomyces bayanus o Saccharomyces beticus, esta última muy que se encuentra en la fermentación de los vinos de Jerez.

Los sulfitos, presentes en nuestra nutrición

Pero los sulfitos no solo están en el vino. Del mismo modo, tenemos la posibilidad de localizarlos de manera natural en alimentos que experimentan una fermentación, como el pan, pasteles, queso, iogur, cerveza o sidra. Asimismo se agregan artificialmente como conservantes en modelos cárnicos, conservas o crustáceos. En un caso así, bajo la nomenclatura Y también-220. Conque, si estos modelos no te generan malestar, no debes inquietarte por los sulfitos del vino.

¿Y por qué razón en el vino resaltan mucho más? Por el hecho de que las bebidas alcohólicas no tienen obligación de integrar sus elementos en la etiqueta, salvo las substancias alérgenas. En un caso así, los sulfitos se indican para avisar a quienes sufren alergias o son sensibles a este compuesto, como tienen la posibilidad de serlo en el gluten o en la lactosa.

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