Marchando al ritmo de su propio baterista, Radikon no tuvo miedo de experimentar mientras elaboraba vino en la región italiana de Friuli.
Stanislao «Stanko» Radikon, un estimado líder de los movimientos del vino natural y de naranja, murió después de una enfermedad prolongada en la madrugada del 11 de septiembre. Tenía 62 años.
Radikon embotelló su primera cosecha en 1979 con uvas de viñedos familiares ubicados en la región de Friuli-Venezia-Giulia, en el noreste de Italia. En 1995, Radikon comenzó a utilizar períodos prolongados de contacto con la piel como parte de su proceso de elaboración de vino blanco, una técnica que empleaba su abuelo. Hoy estos vinos pasan por unos tres meses de contacto con los hollejos.
Los vinos resultantes fueron distintivos, tomando el color y la estructura de las pieles de la uva. Las versiones de colores profundos de Radikon, junto con las de los vecinos Josko Gravner y Edi Kante, entre otros, ayudaron a generar la muy publicitada categoría de «vino naranja». Como beneficio adicional, Radikon se dio cuenta de que la técnica también impartía un efecto conservante, lo que le permitía embotellar sus vinos sin azufre añadido. Esta elección, junto con su adhesión a las prácticas y filosofías orgánicas en los viñedos y la bodega, lo marcó como un precursor en el movimiento del vino natural.
A Radikon le sobreviven su esposa, Suzana, y su hijo, Saša; Saša trabajó junto a su padre durante varios años y continuará como enólogo en la finca.