cómo se elabora el vino y el pan

Al pan, pan y al vino, vino… Se frecuenta usar esta expresión en el momento en que deseamos invocar franqueza, claridad y concisión con el interlocutor que disponemos enfrente. Charlar sin tapujos y llamar a las cosas por su nombre.

Ya que bien, el día de hoy, a las puertas de la vendimia 2019, me agradaría hacerles llegar este pequeño artículo sobre el origen del vino. Entendemos que la uva sale de la cepa y llega a la bodega, pero ¿qué sucede después?

De qué forma realizar la receta de Pan con vino tinto y nueces

  1. En un cuenco grande, combinamos las harinas y agregamos el agua y el vino. Combinamos bien hasta el momento en que todos y cada uno de los elementos queden humectados.

    uva

    Tapamos el cuenco con un paño de cocina y dejamos descansar a lo largo de 30 minutos. Este reposo se le llama autolisis, y tras realizarlo nos va a ser considerablemente más simple amasar. Siguiendo una técnica de amasados ​​cortos y reposo entre amasados, sin solamente esfuerzo, vamos a tener lista nuestra masa.

  2. Tras el autolisis, volcamos la masa encima de la mesa de trabajo sutilmente engrasada. Untamos nuestras manos con algo de aceite y extendemos la masa. Repartimos la sal por la área. Amasamos delicadamente a lo largo de 1 minuto. Formamos una bola con la masa (esta acción tiene por nombre bolear). Una vez boleada nuestra masa, la metemos en el cuenco, la tapamos con un harapo, y la dejamos descansar a lo largo de 15 minutos.
  3. Repetimos exactamente el mismo desarrollo que llevamos a cabo en el paso previo; extendemos la masa y repartimos la levadura por la área. Amasamos delicadamente a lo largo de 1 minuto, se lee y se mete en el cuenco. Tapamos y dejamos descansar 15 minutos mucho más.
  4. Tras el reposo, repetimos otro período de amasado (1 minuto) y reposo (15 minutos).
  5. Volcamos la masa de nuevo. Observamos la área; si todavía muestra un aspecto rugoso, vamos a repetir un nuevo período de amasado y reposo antes de añadir las nueces. Si la área de la masa es lisa y refulgente continuamos a añadir las nueces y amasamos bien, hasta el momento en que queden a la perfección incorporadas en la masa. Formamos una bola y la metemos en un cuenco tenuemente aceitado. Tapamos con un paño humectado o una bolsa de plástico y dejamos fermentar hasta el momento en que doble su volumen.
  6. En el momento en que la masa ha doblado su tamaño, enharinamos levemente la área de trabajo y volcamos la masa sobre ella. Formamos una bola, la tapamos con un harapo y la dejamos descansar a lo largo de 15 minutos. Este reposo va a hacer que sea mucho más simple el formato posterior de la parte.
  7. Formamos un pan alargado, de ahí que, cogemos la bola y la aplanamos tenuemente con apariencia de disco. Doblamos la mitad superior del disco hacia el centro. Hagamos lo mismo con la mitad inferior. Doblamos los extremos asimismo hacia el centro. Al final, volvemos a plegar la mitad superior pero en esta ocasión la llevamos hasta solaparla con la mitad inferior de esta manera que haríamos para cerrar una cresta. Sellamos bien la junta pellizcando delicadamente
  8. Una vez poseemos el pan formado, lo ponemos a fermentar; a fin de que nuestra masa sostenga la manera y desarrolle un óptimo volumen a lo largo del horneado, es conveniente ponerlo dentro de un bannetón o cesta de fermentación que tenga una manera alargada. Si no contamos banneton, un envase de plástico, o una cesta de mimbre, tienen la posibilidad de hacernos con perfección el papel de cesta de fermentación. Ponemos un paño dentro suyo, preferentemente de algodón, con asistencia de un colador espolvoreamos harina por arriba y ponemos el pan sobre el paño con el cierre (lo que a lo largo del horneado va a estar en contacto con la bandeja del horno) hacia arriba. Tapamos el pan con un paño, ponemos sobre el paño una bolsa de plástico, y dejamos fermentar hasta el momento en que el pan prácticamente doble el tamaño.
  9. Precalentamos el horno a 250º con una bandeja dentro suyo.
  10. Sobre una bandeja invertida, ponemos una lámina de papel vegetal y volcamos el pan encima. Con el apoyo de un cuchillo afilado hacemos un corte en todo el centro de la prenda, o 2 cortes oblicuos, como escogemos.
  11. Con el apoyo de la bandeja invertida, o la mesa de madera, deslizamos el pan sobre la bandeja que hay en el horno. Antes de cerrar la puerta del horno, pulverizamos agua hacia las paredes del mismo con un pulverizador familiar. Esto provocará un ámbito húmedo que va a ser propicio a fin de que el pan desarrolle un óptimo volumen.
  12. Bajamos el termostato a 230º y ponemos en el horno a lo largo de precisamente 50 minutos o hasta el momento en que el pan adquiera un color oro. Hacia medio horneado viramos el pan a fin de que este se dore por igual.
  13. Antes de recortar el pan, dejamos enfriar a lo largo de por lo menos 4 horas.

Las harinas del mismo cereal, y de distintas harineras, tienen la posibilidad de enseñar un accionar muy distinta, de ahí que, los tiempos de amasado son orientativos. Los ciclos de amasado y reposo tienen como propósito hallar, sin solamente esfuerzo, una masa lisa y refulgente, lo que puede ocurrir antes de llenar todos y cada uno de los pasos de la receta, y en un caso así vamos a dejar de amasar, o, en otras ocasiones , puede llevarnos algo mucho más del tiempo concretado.

De qué manera llevar a cabo la receta de Pan con vino tinto y nueces

  1. En un cuenco grande, combinamos las harinas y agregamos el agua y el vino. Combinamos bien hasta el momento en que todos y cada uno de los elementos queden humectados.

    uva

    Tapamos el cuenco con un paño de cocina y dejamos descansar a lo largo de 30 minutos. Este reposo se le llama autolisis, y tras realizarlo nos va a ser considerablemente más simple amasar. Siguiendo una técnica de amasados ​​cortos y reposo entre amasados, sin solamente esfuerzo, vamos a tener lista nuestra masa.

  2. Tras el autolisis, volcamos la masa encima de la mesa de trabajo tenuemente engrasada. Untamos nuestras manos con algo de aceite y extendemos la masa. Repartimos la sal por la área. Amasamos delicadamente a lo largo de 1 minuto. Formamos una bola con la masa (esta acción lleva por nombre bolear). Una vez boleada nuestra masa, la metemos en el cuenco, la tapamos con un harapo, y la dejamos descansar a lo largo de 15 minutos.
  3. Repetimos exactamente el mismo desarrollo que llevamos a cabo en el paso previo; extendemos la masa y repartimos la levadura por la área. Amasamos delicadamente a lo largo de 1 minuto, se lee y se mete en el cuenco. Tapamos y dejamos descansar 15 minutos mucho más.
  4. Tras el reposo, repetimos otro período de amasado (1 minuto) y reposo (15 minutos).
  5. Volcamos la masa de nuevo. Observamos la área; si todavía muestra un aspecto rugoso, vamos a repetir un nuevo período de amasado y reposo antes de añadir las nueces. Si la área de la masa es lisa y refulgente continuamos a añadir las nueces y amasamos bien, hasta el momento en que queden con perfección incorporadas en la masa. Formamos una bola y la metemos en un cuenco sutilmente aceitado. Tapamos con un paño humectado o una bolsa de plástico y dejamos fermentar hasta el momento en que doble su volumen.
  6. En el momento en que la masa ha doblado su tamaño, enharinamos sutilmente la área de trabajo y volcamos la masa sobre ella. Formamos una bola, la tapamos con un harapo y la dejamos descansar a lo largo de 15 minutos. Este reposo va a hacer que sea mucho más simple el formato posterior de la parte.
  7. Formamos un pan alargado, de ahí que, cogemos la bola y la aplanamos sutilmente con apariencia de disco. Doblamos la mitad superior del disco hacia el centro. Hagamos lo mismo con la mitad inferior. Doblamos los extremos asimismo hacia el centro. Por último, volvemos a plegar la mitad superior pero en esta ocasión la llevamos hasta solaparla con la mitad inferior de esta manera que haríamos para cerrar una cresta. Sellamos bien la junta pellizcando delicadamente
  8. Una vez disponemos el pan formado, lo ponemos a fermentar; a fin de que nuestra masa sostenga la manera y desarrolle un óptimo volumen a lo largo del horneado, es conveniente ponerlo dentro de un bannetón o cesta de fermentación que tenga una manera alargada. Si no disponemos banneton, un envase de plástico, o una cesta de mimbre, tienen la posibilidad de hacernos con perfección el papel de cesta de fermentación. Ponemos un paño dentro suyo, preferentemente de algodón, con asistencia de un colador espolvoreamos harina por arriba y ponemos el pan sobre el paño con el cierre (lo que a lo largo del horneado va a estar en contacto con la bandeja del horno) hacia arriba. Tapamos el pan con un paño, ponemos sobre el paño una bolsa de plástico, y dejamos fermentar hasta el momento en que el pan prácticamente doble el tamaño.
  9. Precalentamos el horno a 250º con una bandeja dentro suyo.
  10. Sobre una bandeja invertida, ponemos una lámina de papel vegetal y volcamos el pan encima. Con el apoyo de un cuchillo afilado hacemos un corte en todo el centro de la prenda, o 2 cortes oblicuos, como escogemos.
  11. Con el apoyo de la bandeja invertida, o la mesa de madera, deslizamos el pan sobre la bandeja que hay en el horno. Antes de cerrar la puerta del horno, pulverizamos agua hacia las paredes del mismo con un pulverizador familiar. Esto provocará un ámbito húmedo que va a ser propicio a fin de que el pan desarrolle un óptimo volumen.
  12. Bajamos el termostato a 230º y ponemos en el horno a lo largo de precisamente 50 minutos o hasta el momento en que el pan adquiera un color oro. Hacia medio horneado viramos el pan a fin de que este se dore por igual.
  13. Antes de recortar el pan, dejamos enfriar a lo largo de por lo menos 4 horas.

Las harinas del mismo cereal, y de distintas harineras, tienen la posibilidad de enseñar un accionar muy distinta, de ahí que, los tiempos de amasado son orientativos. Los ciclos de amasado y reposo tienen como propósito hallar, sin solamente esfuerzo, una masa lisa y refulgente, lo que puede ocurrir antes de llenar todos y cada uno de los pasos de la receta, y en un caso así vamos a dejar de amasar, o, en otras ocasiones , puede llevarnos algo mucho más del tiempo concretado.

¿De qué manera se hace el maridaje?

Para efectuar un óptimo maridaje hay que tener en consideración 3 elementos importante:

  • Equilibrio entre potencialidad y sutileza.
  • Elementos que tienen dentro el pan y sumes.
  • Texturas y humedad que necesitan el pan.

¿Dónde se hace el pan?

Muchas compañías se especializan en hacer este género de pan, introduciendo muchas comunidades de monjas.

Por servirnos de un ejemplo, la Red social pasionista en Erlanger, Kentucky, enhorna pan cada día para empleo en parroquias de todo USA. En un producto para Loyola Press se enseña el desarrollo con aspecto.

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