Bellavista “Vittorio Moretti” Franciacorta Riserva 2013: eléctrico decadente

En un momento de tantas «primicias», el primer lanzamiento exclusivamente online de uno de los cuvées más prestigiosos y discutidos de Franciacorta, es decir, el buque insignia de bellavista Víctor Moretti” que nació en 1984, pocos años después de que Vittorio conociera al enólogo Mattia Vezzola. Entonces las hectáreas de la empresa eran menos de 10 mientras que hoy nos acercamos a las 200 con decenas de viñedos en los 10 municipios de la DOCG. Vino siempre opulento y cotizado, ha emprendido un difícil, arduo pero necesario camino de refresco para volver a entrar en el corazón de los aficionados, intentando no romper el pacto inicial entre los dos señores.

Si con el resto de la gama la transición es más decisiva y se nota la mano de Francesca Moretti (ver l‘Alma no dosificado lanzado el año pasado) esta cuvée aún mantiene el fuerte vínculo con sus orígenes pero la combinación en la versión 2013 logra no defraudar a ambos paladares.

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El 2013 nació después del 2011 y con el salto insólito del 2012 pero la idea en Bellavista no es elaborar este vino solo en las mejores añadas sino en aquellas más adecuadas al concepto del vino en sí y en este sentido lo atípico. 2013 con la nevada de mayo, maduración inusualmente plena y cosecha muy tardía fue perfecta. La añada fue en realidad extraña y divisoria y su mes de retraso en la vendimia tuvo sus puntos fuertes y débiles, demostrando ser una añada al límite de la manejabilidad, antes del complicadísimo 2014, claro.

Aquí está la cata, guiada por Zoom y realizada en las copas Lehmans (Reims) suministradas, definitivamente adecuada para realzar cuvées barrigones pero esbeltos como este.

Bellavista Franciacorta Riserva Vittorio Moretti 2013pinot noir 39,4% chardonnay 60,6%, vinos fermentados en piezas de madera 57%
Color opulento, dorado y rico como el sensual debut de la nariz con notas que van desde lo tropical hasta la mezcla de especias mentoladas y refrescantes, mantequilla de nuez, boisèe evidente y especias penetrantes, notas de vegetales crudos y verdes que denotan un componente aún en evolución.

El sorbo es rico en intrigantes levaduras, yodo y sal nunca resguardada de la dosificación (extra brut bajo) elaborado con cuvèe añejo (sin sacarosa ni azúcares procesados), la impresión es de gran frescura y naturalidad para un vino que sabe darse un tono importante que mantiene el sprint y la carga entre notas de cedro y cítricos en una hermosa progresión de materiales vinosos, donde queda claro cómo se ha elegido el estilo iconográfico para ser fiel a la marca «Vittorio».

Cierra en un hermoso equilibrio entre el tono decadente con notas amaderadas y magnilocuentes y otras más perspicaces y sabrosas que logran mezclar las sensaciones de manera acertada. Una cuvée que debe resumir la historia de la empresa y ser fiel al nombre que lleva pero que debe permitir a los bebedores modernos apreciarla sin conocer necesariamente su pasado. 94+




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